"Saturno devorando a un hijo" Francisco de Goya |
el viejo sabe su oficio, camina pausado y sereno,
sus botas ya no diferencian el cemento de la tierra,
cincel y mazo van al vaivén del transeúnte.
Ángel confundido y mareado busca sostenerse,
aferrado a los surcos de la piedra para no caer,
entiende que ha perdido el camino,
desconoce la ruta tomada por el poeta.
Apresura para llegar a su destino,
prepara sus maletas, no encuentra sus huellas,
desespera comprendiendo que es inútil,
resignado avanza por presagios.
Cada día empeora y se dificulta,
soñar que ha delirado para llegar al camino,
golpea y rompe la pared la dureza de sus manos,
retumba con el golpe de su mazazo al interior.
El sepulturero sabe que ha muerto su alegría...