Buscaré todas las angustias de mi corazón vivo,
no temas seré como un Hipócrates... ¡Déjame!
abriré tu pecho, permite extraer la luz,
irreflexivo rescataré suave pureza longeva.
Buscaré tus tristezs vitales honorables,
penetraré entre las nubes de tu existencia,
besaré la nuda propiedad ya apacible,
desligaré las ataduras de tus pasiones.
Examinaré entre los desechos muertos,
iré tras la caza de algo moribundo y agónico,
reviviré todo y demandaré al responsable,
pediré al infinito que lo sentencie por torpe.
Pronto! Este corazón resistente y ágil,
que ha desangrado mares para la inmortalidad,
tiene en su pecho una gran herida,
libre pienso con aire fresco pronto sanará.
Son demasiadas vidas rotas
Hace 11 meses