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| "Descalzo" Maestro Yader Pérez |
decrépito, desnutrido y exánime,
solitario dentro de esta inmensidad,
agónico en la existencia de su propia desesperación,
¡Perdóname!
Sombras enloquecen con mil luces confusas,
angustias destruidas por la amargura,
anda y surge entre cenizas incandescentes,
malignos impulsos buscan doblegar su furia,
¡No me abandones amigo mío!
Verso impío, abstruso de su propia indiferencia,
consuelo del aliento y el sentimiento,
capaz de reconocer la presencia entre los arbustos como sombras noctámbulas,
hasta mis formas confusas y pensamientos honestos,
es la existencia moribunda del soñador alejado de la realidad,
te dejo verso mío el alma y mis huellas
¡No me abandones... ya percibes las noches solitarias,
sana todas las lesiones de este desamor!
Perdona confidente,
alumbrarás las auroras inquietas,
estarás siempre en los atardeceres,
serás y conocerás las alas como abanicas providencias incondicionales,
tristemente nadie jamás... sabrá nuestras profundidades... ¡Jamás!
hoy serás el único confidente, verso mío,
¡No me abandones, salva mi alma de este gran desamor!
