No llores el recuerdo de una vida lejana,
se ha ido la unión del presente y pasado,
hojas secas en el otoño desperdiciado van,
infinito gris con sólo esperanza ha quedado.
Desnudo mi cuerpo de Icaro maltratado,
ánimo decepcionado por la impresión,
miro y mido el tiempo y el espacio,
tendré alguna fuerza que me ayude a luchar.
Ha quedado ahí en cada temblor palpitante,
soledad mía, vive tu propia inquietud temblorosa,
conmocionado de ausente equilibrio y reposo,
sueños de lealtad cubre la luz incandescente.
Cercenar hilos dorados que atan las extremaduras,
romper los oídos de canciones púrpuras,
lugares sórdidos pide el corazón tembleque,
besa la pluma, un pensamiento da escalofrío.
