domingo, 3 de enero de 2010

ESTAR


 
¡Cuánto daría amor porque estuvieras aquí!


Sentir la docilidad dulce de tus besos,
fundir nuestros cuerpos con luz brillante ardiente,
abrazar los desaires de las caricias en pasión,
imaginar con cada paso tus huellas en las mías,
diluir mi cuerpo en verde marino como oboe traslúcido,
ver tus gemidos en el eco de ocarina y canto de trompa,
doblar las campanas de tus pechos y virar en sentido oriente,
romper las barreras de los actos eróticos y girar el tiempo.


¡Cuanto daría amor porque estuvieras aquí!


La palpitación suave de tus amperios caer,
los desprecios de la noche y desapegos por vivir,
indiferencia después de romper la piel triste y quebrar,
los halagos y ternezas verlas con el tiempo marchitar,
la brisa de la aurora en tu cabello y después acumular,
la muerte vivir en seguida de oler la simpleza y la vida herir,
la canción de la triste amargura en la dicha alegre para empapar,
volver desde el principio para deleitarse en recorrer el camino y amar.


¡Cuanto daría amor porque estuvieras aquí!


Alegría combinada con hermosura saboreando la verdad y la vida,
núcleo atmosférico en el centro universal en aprender a vivir contiguo con la razón,
expresión de cantidad mediante juicios sentidos con el tiempo de la existencia acompañada,
amotinando todos los sentimientos y sensaciones por provocación simple de reír,
independencia de caminar en el tierno camino profundo de la belleza,
las dudas derivadas de angustia por olvidar,
vibrar el tiempo y como rabí aceptar lo perdido,
sencillamente comprender…


¡Cuanto daría amor por estar allá!

1 comentario:

  1. de todo lo escrito por ti... este poema es especialmente un retrato de mi tremendo anhelo de sentir y vivir lo vivido...
    es tan profundo lo que aqui escribes... que se toca el cielo de nuevo con tan solo leer...
    un enorme abrazo
    =)

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