siempre serás un capullo puro y perdurable,
mísera aurora la vida derrumba como témpano.
Crecí quimérico y romántico adorando inocente,
el resplandor de tus adelantos los goce sin frialdad,
la vida de rosa púrpura despedida en un rincón ya.
El apoyo débil de una noche dura sin resplandor,
amargo y entristecido saber que no hay madero,
llora el dolor del alma, muriendo aún vivo.
Todo ya sin apego con el corazón oprimido,
el déspota no sabe que desangra lentamente,
nada...¡Ya nada degollado podré hacer!
La mañana sigue con mirada simple y vida extenuada,
como cristo hacia el calvario me dirijo al patíbulo,
allá se encuentra la cuña que aprieta el mismo palo.
Somos tristes de bondad y maldad,
dominante angustia del amor yerto al dolor,
aplastante e intolerable está el escorpión.
Ilusión perdida hoy le lloro por utópico,
canto el sufrimiento con esta elegía,
me alejo... triste ¡Ha muerto algo adentro!
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