sábado, 9 de abril de 2011

LA PESTE

Resuelto mi corazón en pertenecer a tí,
agarra cuerdas débiles timonel en alfil,
impotentes las auroras con lluvias sangrantes,
explosiones súbitas de plutonio ennegrecido.


Células inocentes sin prever los horizontes,
markabes sonoros predicen olas vibrantes,
infinitud cuántica y lucha termodinámica,
labios cromados en fístulas angelicales.


Cae lluvia pestilente que invade los huesos,
permisivos vecinos creyendo en su derecho,
moribundos de infieles poder inequitativo,
vagando por limpios y poderosos rincones.


Hijos del viento arrodilladas las juventudes,
cariños se desprenden en abrigos soleados,
amargados progenitores por interrupción,
pensamientos simples volátiles los fugados.

3 comentarios:

  1. Y el corazón recuerda su origen, no muy lejos de la mirada en el aire la senda. Ese aroma a distancia hechiza al caminante que con sonrisa en rostro se descubre viviente.

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  2. Muy bonita entrada y diferente a lo que he leido últimamente...me ha gustado esta forma de plasmar...un saludo

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  3. Garsil, dejaste un comentario en un blog amigo que llamó mi atención.

    Vengo a tu espacio y me fascina cómo escribes. Ha sido un grato descubrimiento.

    Te sigo sin dudar.

    Un saludo.

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Gracias por venir

Abre tu corazón...
tu pluma dice